El 23 de septiembre de 1947, el presidente Juan Domingo Perón promulgó la Ley 13.010, que en su artículo 1º establece que las mujeres tendrán las mismas obligaciones y derechos políticos que los varones; y en su artículo 3º estipula que se usará el mismo régimen electoral para ambos sexos. Es por eso que este día se recuerda como una fecha de vital importancia para las mujeres y para todas aquellas personas que luchan por una sociedad igualitaria: es el día de los derechos políticos de las mujeres.
Muchas mujeres en la historia abogaron por estos derechos que tardaron décadas en materializarse. Alicia Moreau de Justo y Elvira Dellepiane de Rawson fundaron en 1906 el Centro Feminista de la Argentina y el Comité pro sufragio femenino, y en 1920 estas dos mujeres se volvieron a encontrar cuando la Unión Feminista Nacional, presidida por Moreau de Justo y de la que también participaba la poetisa Alfonsina Storni, estrechó lazos con el Comité, que aún estaba presidido por Elvira Dellepiane de Rawson.
Esta unión se forjó con el objetivo de continuar reclamando el reconocimiento del derecho a voto de las mujeres; y para apoyar al Partido Feminista Nacional que impulsaba la candidatura a diputada Julieta Lanteri. La prensa conservadora comenzó a utilizar el término "damas rojas" para referirse a las mujeres que reclamaban el derecho a voto.
Ese mismo año, en Buenos Aires se llevó a cabo un simulacro de elecciones en el que las mujeres intervinieron como electores y candidatas. Participaron en él Alicia Moureau, en representación del Partido Socialista, Elvira Rawson, por la UCR y Julieta Lanteri, que se presentó independientemente de una estructura partidaria reconocida. En el acto participaron 4000 mujeres y Alicia Moreau consiguió la mayor cantidad de sufragios seguida por Julieta Lanteri.
Otra de las principales impulsoras del derecho al sufragio fue la escritora Victoria Ocampo, quien en 1930 reclamó activamente, junto con la Unión de Mujeres Argentinas, las condiciones de vulnerabilidad u subalternidad a la que sometía el gobierno de Justo a la población femenina. “La suerte de la mujer ha sido una preocupación continua en mi vida”, le escribiría años más tarde la fundadora de la revista Sur a su hermana, la escritora Silvina Ocampo.
En 1945, con la llegada de Juan Domingo Perón al poder, fue Eva Duarte, su esposa, quién impulsó los derechos sufragistas de las mujeres, hasta alcanzar la ley por la que se luchó desde principios de siglo.
Eva Perón también abogó por los derechos de las mujeres en una sociedad que las excluía y las discriminaba. “Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico de la sociedad. Ha llegado la hora de la mujer que piensa y juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste atada e impotente a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país”. (Eva Duarte de Perón).
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